El tarot es una práctica de adivinación y autoconocimiento que utiliza una baraja de cartas especiales para explorar aspectos de la vida de una persona. Aunque su origen exacto es debatido, el tarot moderno se usa principalmente con fines espirituales, introspectivos o terapéuticos, y no tanto como herramienta predictiva infalible.
¿Qué hace el tarot?
Reflexión personal:
Ayuda a la persona a reflexionar sobre su situación actual, emociones, pensamientos o conflictos. Puede ofrecer nuevas perspectivas o sacar a la luz cosas que no había considerado.
Orientación:
Proporciona sugerencias o caminos posibles ante una duda o problema. No da respuestas absolutas, sino que muestra diferentes posibilidades.
Conexión espiritual:
Algunas personas lo usan como medio para conectar con su intuición, espiritualidad, o guías internos/espirituales.
Exploración del futuro (de forma simbólica):
Aunque no "predice el futuro" de forma literal, puede señalar tendencias o consecuencias probables de ciertas decisiones.
Herramienta terapéutica (en algunos contextos):
En manos de profesionales, puede usarse para acompañar procesos de autoconocimiento o psicoterapia, siempre desde una perspectiva simbólica.
¿Cómo funciona?
La baraja suele tener 78 cartas, divididas en:
22 Arcanos Mayores (como El Loco, La Muerte, La Estrella...), que representan arquetipos universales.
56 Arcanos Menores, similares a una baraja común, que exploran situaciones más cotidianas.
Se realiza una tirada, que es una disposición específica de cartas (como la cruz celta, tirada de tres cartas, etc.).
El lector interpreta el significado simbólico de cada carta según su posición y relación con otras.
Importante:
El tarot no sustituye el consejo médico, psicológico, ni la toma de decisiones racionales. Es más bien una herramienta simbólica o espiritual que puede ayudarte a ver con más claridad, no una garantía de lo que va a pasar.
